Segundo cerebro

¿Segundo cerebro? Sí... y sus huéspedes afectan tu estado de ánimo.

Si te digo que tus bacterias afectan tu estado de ánimo… ¿Me creerías?

Billones de bacterias cubren tu cuerpo en este momento ¡Don’t Panic! Son tus “huéspedes” y aunque no lo sepas, son vitales para tu salud. La mayoría de éstas están en tu “segundo cerebro”.

¿Habías escuchado que tenemos otro cerebro?

Pues, es un apodo para el intestino, que tiene alrededor de 100 millones de neuronas. Este sistema nervioso intestinal está conectado con el cerebro bidireccionalmente, es decir, que tu intestino recibe información del cerebro y también le envía mensajes. Esta comunicación es la conexión del “eje cerebro-intestinal”.

Y ¿qué tienen que ver las bacterias con esto?

El intestino tiene su ecosistema, la microbiota intestinal, que también participan en esta comunicación.

Ésta microbiota es el conjunto de virus, bacterias y hongos que habitan nuestro intestino e intervienen en su funcionamiento, participan en la absorción de nutrientes, síntesis de vitaminas, eliminación de sustancias tóxicas y cancerígenas.

Existe una relación directa entre ésta microbiota y los neurotransmisores. Por eso su desbalance puede ser capaz de modular nuestro estado emocional.

Los neurotransmisores son sustancias químicas claves para la comunicación de nuestras neuronas en el cerebro, responsables de funciones mentales como: memoria, estado de ánimo, atención, entre otras.

EL 90% de la serotonina, un neurotransmisor que influye en nuestro estado de ánimo, se produce en el intestino, nuestra microbiota estimula la producción de ésta, así como la de dopamina y GABA, estos influyen también en nuestra capacidad cognitiva y estado emocional.

La nueva evidencia apunta a que trastornos neurológicos como el Alzheimer, la enfermedad de Parkinson, la esclerosis múltiple, entre otros, tienen una relación directa con este eje. Se está intentando evaluar el impacto del uso de probióticos sobre enfermedades neurológicas y aún quedan muchas incógnitas por resolver.

Lo que sí está claro es que cuando la microbiota intestinal se altera, también se modifica la producción de estas sustancias químicas, lo que afectaría nuestra función mental y cómo nos sentimos.

¿Qué hacer para tener una microbiota saludable?

Hospedamos bacterias “buenas” y “malas”, lo ideal es que su ecosistema esté en equilibrio.

Para ayudar a que proliferen las bacterias “buenas”, es importante consumir alimentos ricos en fibra (vegetales, frutas, legumbres, frutos secos) ya que tienen carbohidratos complejos, difíciles de absorber por completo, llegan hasta el intestino y se convierten su alimento.

Algunos factores que las perjudican son alto consumo de azúcar, alimentos refinados (conservantes, aditivos), antibióticos, trastornos del sueño y el estrés.

Hay que tener cuidado con el uso y abuso de los alimentos ultraprocesados. Está demostrado que son enemigos de las bacterias “buenas” e inclusive pueden favorecer el crecimiento de las “malas”.

Esta es la razón por la que priorizo el consumo de vegetales y hasta se los escondo mis recetas dulces. Sé que a muchos “les cuesta” incorporarlos en sus platos, pero su fibra es extremadamente importante para mejorar nuestra salud.

Te dejo 3 simples recomendaciones para mejorar el balance de tu microbiota intestinal:

1) Uso de probióticos (cápsulas) a diario.

2) Comer al menos cinco porciones de alimentos ricos en fibra al día (vegetales, frutas, legumbres, frutos secos, cereales integrales – no los de cajita- )

3) Consumir yogurt (mientras menos procesado mejor) y kefir, kimchi, kombucha, además de otros alimentos fermentados. Tienen cultivos activos, que pueden sumar bacterias útiles a este ecosistema.

Para verte bien y sentirte bien, el primer paso es sanar por dentro, cuidando a nuestros huéspedes.

 

BELU | HEALTH COACH
MARÍA BELÉN MALDONADO
Health Coach del Institute for Integrative Nutrition (NYC) con Especialización en Nutrición y Terapia Cognitiva Conductual (CBT Practitioner Certified)